Capítulo 1: VINOS GARNACHA EN MADRID

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La elaboración del vino en Madrid queda regulada por la Denominación de Origen Vinos de Madrid que establece las diferentes subzonas de cultivo y las variedades de uva recogidas en la D.O. Vinos de Madrid, siendo estas las siguientes:

De la mano de Juan Burgos, autor del blog entucopa.com comenzamos hoy una serie de artículos que analizarán cada una de las variedades de uva de la D.O. Vinos de Madrid, comenzando por la Garnacha tinta.

LOS VINOS GARNACHA EN MADRID

Aunque la Garnacha es la tercera variedad de uva tinta más plantada en el mundo en términos de superficie de viñedos, la mayoría de las viñas se encuentran en España y el sur de Francia.

Esta variedad de uva tinta se conoce como Garnacha en España, pero en la mayoría de las otras regiones se conoce, y aparece en la etiqueta, como Grenache.

Entre los muchos sinónimos que nos vamos a encontrar, el de Tinto Aragonés es el más acertado para buscar sus orígenes y en todas las D. O. de Aragón es donde figurará como variedad principal, sobre todo en “Campo de Borja” o “Cariñena”. También es una de las variedades más adaptadas a las características climácicas y edáfológicas de la D.O. Vinos de Madrid.

GARNACHA TINTA. VARIEDAD DE UVA PREFERENTE EN LOS VINOS DE MADRID

De hecho, la garnacha tinta es la variedad tinta preferente en 3 de las 4 subzonas de la Denominación de Origen Vinos de Madrid, es decir, en las zonas de Navalcarnero, El Molar y San Martín de Valdeiglesias. Tan solo no es la variedad preferente en Arganda, donde la protagonista es la Tinto Fino (Tempranillo).

Las variedades principales o preferentes son las que otorgan singularidad a cada una de las subzonas de la Denominación de Origen de los Vinos de Madrid y en dichas zonas, la Garnacha Tinta representa nada más y nada menos que el 75% del viñedo existente.

Es una variedad que no precisa una poda larga y posee buena fertilidad. Es también muy vigorosa y, por consiguiente, debemos ser previsores con los fertilizantes nitrogenados.

Resulta muy sensible al corrimiento cuando las condiciones climáticas son desfavorables, y también muy sensible a las heladas debido a su brotación temprana.

Le afecta el mildiú si hay lluvias, y la podredumbre si éstas son tardías. Le gusta mucho el sol; el porte es erguido y la madera en podas largas envejece con rapidez. La madera es blanda, sensible también a la excoriosis.

La maduración es tardía y podemos alcanzar altos rendimientos en producción, que normalmente chocan si buscamos calidad en los vinos.

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GARNACHA TINTA. CARACTERÍSTICAS ENOLÓGICAS

Exceptuando los vinos procedentes de viñedos viejos, se suelen elaborar vinos dóciles de buena acidez, sin elevado color y sin elevada carga tánica, con aromas que recuerdan a un caramelo de fresa (en general, también podemos obtener vinos rosados muy elegantes)

Me gusta la expresión con la que alguien la define: “la Cenicienta de los vinos”. Podemos tener elegancia o simpleza, únicamente hay que trabajarla.

Podemos encontrar un aromático rosado como el rosado Pompero, un vino tinto con cuerpo e intensidad aromática alta a flores de rosas y violetas, como Olivita Pérez de Bodegas Virgen de la Poveda, o un curioso tinto semidulce como Aceña, también de esta última bodega citada, de la Denominación de Origen Vinos de Madrid. Todos ellos a la venta en latiendadevino.

MARIDAJES CON GARNACHA

Algunos historiadores cuentan que esta variedad ya se cultivaba en el monasterio cisterciense de Veruela en el en el siglo XII. Nuestro testimonio es mucho más reciente: en el Valle del Ebro hasta llegar a Ainzón donde encontramos viñedos centenarios de Garnacha Tinta en las zonas más altas, con suelos ferruginosos y abundante pedregal, que van a conferir al vino un carácter mineral.

El vino elaborado de las viejas cepas es seleccionado por parcelas y pagos para alcanzar la mayor expresión de este, con rendimientos inferiores a 3.000 kg por hectárea.

Se practican largas maceraciones donde la Garnacha, además de color granate bermellón, aporta una potencia aromática de moras y grosellas negras, como si de una mermelada de estos frutos se tratase.

Con buena acidez, hace que tolere una crianza mixta de más de 15 meses en roble francés y americano, que nos aportará al conjunto bálsamos de resina (de tejo o enebro), con fondo tostado y mineral (carbón)

Posee suculenta boca, cargada de taninos dulces y resinosos, donde el vino se expande y se alarga.

Perfecta para platos sólidos, proteicos y grasos. Desde un guiso de carne, por ejemplo, una carrilleras, que también podemos guisar con un buen vino de garnacha, hasta una de las estrellas de la gastronomía madrileña, el sempiterno cocido.

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