Considerada hasta mediados de los 70 una uva dura y áspera, la garnacha se utilizaba para aportar fuerza a vinos elaborados principalmente con tempranillos suaves.
A día de hoy, esta variedad se cultiva en muchas zonas de España y Francia. Se cree que se plantó por primera vez en Aragón, pudiendo encontrarse en Navarra, Cataluña, Toledo, Ávila y Madrid, entre otras.
Cada vez más popular, ha inspirado hasta a la mismísima Sarah Jane Evans MW a publicar en octubre en Decanter Spain un artículo dedicado a la garnacha de Cebreros, DO ubicada en la parte abulense de la Sierra de Gredos.
La garnacha está de moda
La visión de los viñedos, casi abandonados, de la Sierra de Gredos, animó al gran Telmo Rodríguez a recuperar cepas viejas de garnachas centenarias que habían logrado salvarse de los arranques masivos llevados a cabo en Cebreros. Su trabajo ha servido de inspiración para otros enólogos y productores que comenzaron también a trabajar estos parajes.
Las garnachas de Gredos dan lugar a la elaboración de vinos en tres comunidades distintas, con denominaciones de origen diferenciadas: Cebreros (Ávila), Vinos de Madrid (Madrid) y Méntrida (Toledo).
La bodega Virgen de la Poveda, ubicada en la subzona de San Martín de Valdeiglesias, pertenece a la parte madrileña de la Sierra de Gredos. Sus viñedos, plantados en Villa del Prado a una altitud media de 520 metros, son de los más bajos del territorio. Están ubicados entre la falda de la sierra Oeste y la vega del rio Alberche.
El clima, mediterráneo con poca influencia continental, está en el punto medio. Veranos largos y calurosos con inviernos cortos y secos.
Nuestras garnachas proceden de cepas viejas casi centenarias
Víctor Vicente Yanguas, nuestro enólogo, llevó a cabo un gran trabajo para extraer más fruta de esta variedad todoterreno que se adapta a la perfección a nuestro suelo, necesita poco agua y soporta bien el calor y el viento. En la tienda de Vino puedes encontrar cuatro de sus creaciones con garnacha.
Los mejores Vinos de Madrid con garnacha
Olivita Pérez, una de las viñas más antiguas de Villa del Prado, pone su nombre a un vino tinto, elaborado con cepas viejas casi centenarias de garnacha. Es un vino fresco, redondo y muy frutal. Marida con pescados fuertes, asados, carnes en salsa, barbacoas, quesos y arroces aromáticos.
Aceña tinto semidulce, se elabora con uvas viejas seleccionadas de variedad garnacha. Bien frio, este vino tinto semidulce resulta perfecto a cualquier hora del día, sobremesa o postre.
Aceña rosado semidulce también parte de cepas viejas seleccionadas de garnacha. Este elegante vino rosado destaca en boca el contrapunto entre dulzor, acidez y frescura. Está en el top de los vinos premiados de la bodega.
Pompero es un vino rosado elaborado con uva garnacha al estilo proseco, con más aguja y menos azúcar.