En capítulos anteriores te presentamos la uva Garnacha tinta, uva Syrah, uva Malvar, uva tinta Fino, uva Airen, uva Albillo, uva Miura y uva Parellada, ocho de las más importantes variedades recogidas en la D.O. Vinos de Madrid, protagonistas de algunos de los mejores vinos de Madrid. En esta séptima entrega haremos análisis de los vinos Parellada en Madrid.
VINOS PARELLADA EN MADRID
Para hablar de los vinos Torrontés en Madrid es necesario hablar previamente del origen de esta variedad de uva, pues no es una de las tradicionales uvas blancas de Vinos de Madrid.
CARACTERÍSTICAS AGRONÓMICAS
Es una variedad que podemos encontrar en la comunidad andaluza, extremeña, manchega o gallega. En todas ellas es una variedad minoritaria, utilizada para mezclar con otros mostos.
De brotación temprana, prefiere los espacios de calor y, por ello, es difícil encontrarla en zonas propensas a las heladas de primavera. Con buena fertilidad y escaso desarrollo vegetativo, puede presentar vecería.
Sensible al oídio y al corrimiento del racimo, puede verse afectada por las arañas amarillas, produciéndose a veces deshojes en las puntas; los tratamientos con azufre en períodos de altas temperaturas pueden traer como resultado quemaduras en las hojas y también en los racimos.
Prefiere suelos sueltos, cuyo comportamiento en las albarizas es bueno, no compactos y con frescura. Los racimos suelen ser pequeños, de aspecto corrido y hollejos prietos de pulpa crujiente, que bien nos permitirían su utilización como uva de mesa.
CARACTERÍSTICAS ENOLÓGICAS
Se le atribuyen caracteres enológicos con su homónima y más difundida, la Torrontés Argentina, que goza de tener en su hollejo una buena concentración de terpenos aromáticos que nos recordarían al palo de rosa, a la flor de azahar o incluso al jabón de melisa.
Aquí nos debemos conformar con menos carga terpénica, y es posible que nada tenga que ver con la Torrontés Argentina (ni morfológica ni tampoco ecológicamente).
Posee racimos pequeños, rendimientos medios en producción por hectárea y bajos rendimientos para la obtención de los mostos.
Ideal para elaborar un blanco joven, realizando una vendimia temprana que servirá para dar frescura al conjunto del vino y conservar una buena acidez, y además, garantizar una mayor longevidad.
Esta variedad es también muy reconocida para la producción de vinos de crianza. Su mosto contiene enzimas oxidantes que hacen que cambie rápidamente de color, de amarillo-verde a dorado. Tiene un aroma primario característico que confiere a los vinos a los que se incorpora su carácter aromático afrutado.
También es adecuado para el envejecimiento en barricas de roble, especialmente para la elaboración de mezclas de Macabeo de Cavas y vinos dulces y de licor. Sus características aromáticas más pronunciadas permiten mejorar las mezclas en las que se incluye, sobre todo las que se obtienen por coupage con el Tempranillo.
LA UVA TORRONTÉS EN LOS VINOS DE MADRID
Es una de las variedades más antiguas que se cultivan en España y parece que se originó en los viñedos de Extremadura, bajo el nombre de Alarije.
El alarije es una de las variedades más antiguas que se cultivan en España y sus orígenes parecen estar en la región de Extremadura. Está catalogada como la vid más importante de la región.
Más tarde, en su “Agricultura general” (1513), Alonso de Herrera da una nueva aproximación, que probablemente sea “Colora”, como la llaman los viticultores de la localidad madrileña de Valdirecha, o “Rhojal” en la localidad riojana de Cenicero y en la alavesa de La Guardia.
En la provincia de Madrid, la Aralije también se llama “Torrontes” o “Turrontes”, pero hay cinco homónimos diferentes con profundas raíces en la Península Ibérica, lo que sin duda aumenta la confusión.
Se usa para la elaboración de blancos, de maner no monovarietal, junto a otras variedades como la Malvar, la Moscatel de grano menudo, para dar origen a vinos de Vcolor ámbar, con aromas de frutas secos, almendra y flores secas y sedoso, fresco y glicérico en boca.
MARIDAJE DE VINOS TORRONTÉS
Se nos ocurre como un maridaje tan original como idóneo para este tipo de vino, el potaje de garbanzos y espinacas, que es un plato en el que los dos ingredientes principales y la cebolla son muy tiernos y en el que la adición de un huevo cocido y bacalao desmigado le da un toque irresistible.
Este guiso tradicional castellano, tan común en la Semana Santa, se acompaña mejor con un vino con la misma ternura y cierto grado de receptividad, como puede ser una elaboración con Torrontés, con aromas de frutas secos, almendra y flores secas y sedoso, fresco y glicérico en boca
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