El rosado es un vino perfecto para acompañar cualquier momento del día. Es refrescante, frutal y muy versátil. Desde La Tienda de Vino te vamos a dar unas cuantas razones por las que tomarás vino rosado más a menudo.
En otros países, como Francia, es un vino que no puede faltar en una buena mesa. El vino rosado no es solo uno de los vinos más agradecidos a la hora del aperitivo. Por la suavidad que le caracteriza, marida bien con una amplia variedad de platos, desde los más ligeros, como ensaladas o pescados a la plancha, hasta opciones más grasas, como las carnes, desde un asado a un arroz.
¿Cómo se elabora un vino rosado?
Antes de hablar de él, hay que tener en cuenta que el vino rosado es uno de los vinos más complicados de obtener. Se elabora con uvas tintas siguiendo el proceso de vinificación de un vino blanco. No es simplemente la mezcla de vinos tintos y blancos obtenidos por separado.
El proceso se inicia prensando ligeramente las uvas, para a continuación, realizar un sangrado, del que se obtiene un mosto incoloro. Este mosto se deja macerar en contacto con los hollejos para que adquiera color. En este punto, resulta fundamental el trabajo del enólogo que, deberá definir el tiempo de contacto entre ambos en función del vino que desee obtener. La personalidad del futuro vino, su aroma, sabor y color, son el resultado del trabajo anterior. Cuanto más tiempo esté la piel de la uva en contacto con el mosto, más oscuro será el color del vino rosado. El resto del proceso continúa como en los vinos blancos.
Para obtener una botella de vino rosado de lágrima, el de mayor calidad, se necesitan de 2 a 3 kilos de uva.
Es recomendable tomarlos en el año, ya que tienen poca capacidad de envejecimiento y alta propensión a la oxidación.
Razones por las que tomarás vino rosado:
Es fácil de beber
El vino rosado reúne características de las variedades blancas y de las tintas. Resulta refrescante como un vino blanco y, a su vez, presenta las tonalidades vibrantes y los matices aportados por los taninos de las variedades tintas. Es un vino elegante, con mucha estructura pero fácil de beber.
El vino rosado, al igual que el blanco, resulta ideal para iniciarse en el mundo del vino. Se considera un buen candidato para atraer a los más jóvenes hacia el consumo responsable de vino.
Se puede tomar a cualquier hora
Es el perfecto compañero a la hora del aperitivo en un caluroso día de verano. Con unas gambas cocidas, unas ostras, una tapa de pimiento o, incluso, con unos torreznos, sin olvidarnos de sopas frías como el gazpacho.
También es una apuesta segura para chatear una tarde con los amigos o tomarse una copa en pareja en una terraza fresquita.
Marida con todo
¿El vino rosado con qué se toma? La versatilidad es su principal cualidad. Se puede beber, no solo como aperitivo, sino que resulta perfecto para comer a cualquier hora. Ya os hablamos de los vinos tintos y rosados en nuestro artículo anterior, comentando que son vinos que tienen buena nariz, resultando muy agradables de beber, muy elegantes en boca y muy suaves.
Los vinos rosados armonizan con la mayoría de las comidas
Con ensaladas lograrás el equilibrio con un vino rosado seco, como nuestro vino rosado Aceña seco. La frescura de la ensalada agradece un vino con mayor acidez y menor carga frutal. Recuerda que el uso de aliños con vinagre o limón influye en el resultado del maridaje, pudiendo amargar.
En el caso de las pastas, en general, hay que tener muy en cuenta la salsa que se vaya a utilizar, pero podemos afirmar que el rosado pega con cualquier tipo de pasta. Si la pasta lleva una salsa de tomate dulce o cebolla caramelizada, le irá bien una opción más afrutada, como el vino rosado Aceña semidulce. En cambio, si la salsa es picante o lleva marisco, te recomendamos una opción más seca y ligera, como en las ensaladas.
Loa arroces son otra de las preparaciones con las que los vinos rosados hacen muy buen papel. En el caso de la paella mixta, con carne y marisco, un rosado espumoso o un rosado joven y fresco, como el Cantorral, realzarán los aromas de la paella, dejando una buena sensación en boca. Para el arroz a banda te recomendamos un vino rosado seco. Si hablamos del clásico arroz negro, elaborado con tinta de calamar, el rosado le acompañaría perfectamente sin camuflar su característico sabor. El rosado espumoso armoniza con un arroz del senyoret, con su gamba pelada y la sepia, el rape y el chipirón cortados en trocitos pequeños.
El vino rosado es un perfecto acompañante para pescados y mariscos. Los mariscos y los pescados blancos como el bacalao, la merluza, el rodaballo y el rape, necesitan rosados ligeros. En cambio, los pescados azules, como el atún, la caballa, la trucha, el arenque, admiten vinos con más cuerpo.
En este apartado podemos incluir también a los ceviches, en los que las notas afrutadas del vino funcionan muy bien con la acidez del marinado (hay que evitar que la leche de tigre sea muy ácida) y el sushi, que con piezas frías potenciará el efecto refrescante, mientras que, con las calientes, generará un contraste a disfrutar.
Es una apuesta segura para acompañar a las carnes de pollo y cerdo. Maridando muy bien con las carnes ahumadas. Nuestro vino rosado Pompero realzará el sabor de las carnes frías. Con unas costillas asadas a la barbacoa, un rosado afrutado te sorprenderá, más aún si llevan una salsa dulce con miel o barbacoa. Un buen lechazo se disfrutaría mucho con un vino rosado, ya que arrastra muy bien la comida, limpiando la boca para el siguiente bocado.
Los quesos más suaves y los de pasta blanda como el camembert y el brie, combinan muy bien con los rosados. Una buena opción sería el vino rosado Aceña semidulce, que también marida bien con arroces, carnes frías, patés y pasta. En un tabla de quesos, con frutos secos y quesos fuertes, el rosado Cantorral especial hará las delicias de todos los comensales.
Como no podía ser de otra manera, los rosados siempre son un acierto a la hora del postre. Aquí juegan las preferencias de cada uno. Puedes optar por vinos más ácidos para contrarrestar el dulzor de la comida, haciendo un maridaje por contraste o apostar por una armonía con rosados afrutados y de mayor cuerpo.
Espero que con esta pequeña explicación de cómo se elabora un vino rosado y las recomendaciones de con qué se toma el vino rosado, te animes a beber más vinos rosados y a probar alguno de los maridajes sugeridos. Cuando los pruebes, coméntame tus impresiones. Los vinos rosados son los vinos de Madrid más vendidos de la bodega Virgen de la Poveda.