Guía básica para elegir el vino adecuado a cada receta

Que lo del vino no es tan fácil como endosar un tinto para una receta de carne y uno blanco para una de pescado se demuestra con ese difícil arte que es la enología en todas sus variantes. Porque las costumbres culinarias se han renovado y la buena mesa se ha convertido en una prioridad hoy traemos esta guía básica para escoger el vino más adecuado a cada ocasión y menú. Los vsinos de Madrid tienen tan amplio espectro que seguramente encuentres uno para cada ocasión. Así que si, después de leer la guía, tienes alguna duda, te recuerdo que atendemos tus dudas a la hora de elegir entre la gran variedad de nuestra tienda online. Comenzamos.

Cómo disfrutar de los vinos de Madrid tintos

Los envejecidos en barrica o crianzas son perfectos para los menús de otoño e invierno. A la temperatura adecuada convierten cualquier estofado de carne, cocidos, o rellenos de ternera en una fiesta. También son el acompañamiento ideal para embutidos ibéricos y quesos con mucho sabor (viejos curados, azules o los cremosos de Normandía). Los vinos de Madrid reservas también acompañan postres muy melosos como el tocino de cielo, las variedades de mazapán o las tartas de frutos secos.

Deja para los revueltos de verduras (espárragos trigueros, alcachofas, judías verdes o setas) los vinos tintos más jóvenes. Y también atrévete a servir esta opción con recetas de pescados grasos como el atún, el pez espada y otras opciones con salsas muy espesas. Son, además, el acompañamiento imprescindible para las carnes de caza con mucho sabor como las de ciervo, jabalí e, incluso, faisán. Las recetas castellanas tradicionales de asados de cordero o de cochinillo piden, sí o sí, un buen vino tinto. Si es posible, que tenga bastante cuerpo.

Seleccionar vinos de Madrid blancos

A igual que los tintos tienen un amplio recorrido, lo mismo sucede con los blancos. Los más frescos y ligeros se disfrutan también solos como sobremesa o, incluso, como aperitivo. Van perfectos con recetas tipo pasteles salados: de carne, de pescado, de verduras… Además es la opción más recorrida para potenciar el sabor de ensaladas o aliños a los que se les ha añadido salsas espesas como las de yogur, eneldo e, incluso, la mahonesa.

Los vinos de Madrid blancos, aparte de disfrutarse con todo tipo de pescados y mariscos, también son una opción socorrida para acompañar arroces con cualquier elaboración. Los quesos cremosos, suaves o los de cabra se maridan perfectamente con este tipo de vinos. Los patés más suaves (como los de oca, pato, verduras, cabracho o salmón) también se disfrutan más con los vinos blancos que los tintos. A no ser que las recetas de pastas que vayas a servir tengan un sabor muy potente es mejor acompañarlas con estos mejor que con tintos. Dentro de los vinos de Madrid puedes encontrar algunos blancos con más cuerpo. Déjalos para los hojaldres y para las noches de pizza.

¿Qué hacemos con los vinos rosados?

Aunque a simple vista puedan parecer los más difíciles de maridar, a poco que los conozcas te van a dar mucho juego. En los menús en los que intervienen pavos, pollos, pulardas, patos u otras aves son el toque perfecto. Eso sí, tienes que servirlos muy fríos. Si la receta está realizada de forma muy ligera con pocos condimentos y/o rellenos, lo mismo se va a apetecer un blanco con cuerpo. Un menú más que original es acompañar los vinos de Madrid rosados con carnes exóticas (desde el punto de vista Occidental).

En este cajón metemos productos que están cada vez más presentes en nuestros mercados. Eso sí asegúrate de que han pasado todos los controles de calidad y seguridad. Las carnes de canguro y, especialmente, la de cocodrilo maridan divinamente con los vinos rosados. Y es una opción más que original para cualquier ocasión.

Los vinos rosados para un menú completo

También puedes elegirlos para acompañar platos de huevos, empanadas caseras, pescados azules como las caballas o los jureles (deliciosos con salsa de tomate). Los rosados, además, pueden ser esa elección que te sirva para todos los platos de un menú completo. Y es así porque maridan perfectamente con todo tipo de dulces. Está especialmente delicioso junto a los bizcochos en los que se ha utilizado almendras, pasas, orejones o nueces. Y también es el acompañamiento perfecto para las tartas a base de frutas o alguna verdura (zanahoria, manzanas, naranja…)

Los vinos de Madrid semidulces te  van a dar mucho juego

Porque son perfectos para tomar mientras se charla de cualquier cosa, para comenzar la comida y también para terminarla. Lo semidulces (sobre todo la variedad de vino tinto) se disfrutan con patés con mermelada, con hojaldres ligeros, con postres con mucha azúcar, con helados… Y… también, solos.

Los semidulces están hechos para alargar el tiempo y disfrutar de aquello que más amamos. ¡Tenlos siempre en tu bodega!

Por Candela Vizcaíno

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